Por opinión, CT Insider
En esta temporada de regalos, los solicitantes de asilo llegan sin paquetes, bolsas ni cajas. De hecho, muchos vienen sólo con el sueño de una nueva vida y una extraordinaria capacidad de perseverar.
El concepto de asilo se encuentra en numerosos textos sagrados y aparece en casi todas las principales religiones del mundo. También es un principio fundamental de nuestro país y del derecho internacional. Hace más de 40 años, el Congreso aprobó la Ley de Refugiados de 1980 de forma bipartidista por márgenes abrumadores. Esta ley se basó en el Protocolo de la ONU sobre el Estatuto de los Refugiados de 1967. La histórica ley estableció, entre otras cosas, un marco para extender el asilo a quienes huyen de la persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social particular u opinión política. Fue un logro humanitario significativo en la historia de nuestra nación, motivado en parte por las tragedias que ocurrieron cuando Estados Unidos rechazó a quienes huían del Holocausto.