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CT aún no está experimentando una ola de inmigración como las vecinas Massachusetts y la ciudad de Nueva York, dicen los defensores

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Por Maricarmen Cajahauringa, NHPR

José Ponte es un peruano de 54 años que vivió en Venezuela durante las últimas tres décadas. Obtuvo la ciudadanía venezolana y tenía una familia allí, pero dijo que la agitación política y económica le hizo querer mudarse a Estados Unidos.

Al no poder pagar una visa estadounidense, dijo que arriesgó su vida tres veces al intentar cruzar el Tapón del Darién, que conecta América del Sur y Central, para llegar a Estados Unidos.

Finalmente se le permitió la entrada al país.

"On that journey, everyone is on their own. It's like watching a traumatic movie because you see decomposing dead people,” Ponte said. "Through my journey, my shoes broke. I had to pick up a shoe that I saw thrown away."

La historia de Ponte es similar a la de miles de personas que han emigrado recientemente a los Estados Unidos. Este verano ha estado marcado por un aumento de la inmigración. Especialmente en las vecinas ciudades de Nueva York y Massachusetts, donde los refugios en ocasiones no podían gestionar la afluencia de personas.

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